Algunos
de los mitos más populares en nuestro municipio en la región son los
siguientes:
El Gritón
Se
dice que es hijo de una india que, expulsada de su tribu, fue sorprendida y
poseída en medio de la selva por el demonio. De esta unión nació El Gritón, un
ser mitad humano y mitad demonio.
Su
terrorífico grito arranca los árboles de raíz, hace temblar la tierra, desborda
los arroyos y atemoriza a los seres que lo oyen. Persigue a los hombres que
osan cruzar la selva a media noche.
El duende
Es
un espíritu que vive en las casas abandonadas o en las encrucijadas de los
caminos boscosos. En los lugares donde hay niños sin bautizar, se le oye cantar
debajo de las camas. Persigue y engaña con objetos brillantes a los niños
llevándoselos a intrincados rastrojos donde les chupa la sangre. Se dice que
solamente los futuros padrinos pueden rescatarlo o alejar al duende con el
bautizo.
Leyenda de La llorona
Es
un espíritu en pena que busca a su hijo. Se afirma que fue una mujer que perdió
su único hijo y enloqueció. En su dolor culpó a Dios por su pena y fue maldita
por los viejos del pueblo. Nunca dejó de llorar y después de muerta su espíritu
sale por las noches y lanza su llanto quejumbroso eternamente.
Agüero del yacabó
Es
un rapaz diurno y nocturno. Según la tradición oral, es un pájaro agüerero que
anuncia la muerte con su canto. Si quien escucha este canto está enfermo, no
recobrará más la salud.
Agüeros
Los
niños en cruz, los animes, las piedras de ara, la aguja del muerto y los
heliconios, son objetos de magia negra que ayudan y protegen a sus poseedores.
El niño en cruz
Es
un objeto que representa a un niño crucificado. El usuario debe metérselo entre
cuerpo y carne y alimentarlo con su sangre. Como tribulación, el objeto maligno
no permitirá que su dueño sea herido.
Los animes
Son
animalitos de color oscuro, que tienen la boca roja y los ojos centellantes. Se
guardan en un cacho de buey, que es muy resistente, ya que los animes padecen
de un hambre voraz y todo lo roen. El hombre que tenga los animes es un buen
trabajador en todos los campos. Se dice que para alimentar a los animes se les
da saliva y dos veces al año hay que llevarlos a una hacienda para que devoren
reces, lo cual se hace a escondidas. Si los animes no son alimentados se comerán
al dueño.
La aguja del muerto
No
es más que una simple aguja que con mucho sigilo se hunde en el talón de un
enfermo en estado agónico. Al momento de expirar preguntará: “¿para qué la
quieres?” y se contesta: “para enamorar”. Se saca la aguja del talón y se
envuelve en un algodón impregnado con agua bendita.
El
poseedor la usará dando puntadas en el aire cerca de la mujer pretendida, y
ésta, al momento, enloquecerá por él.
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